En todas partes vemos personas que parecen ejercer cierto encanto... irradian una misteriosa influencia, algunos obtienen poder y posición, otros obtienen riquezas...como si tuvieran una fuerza poderosa de atracción, algo que emana de ellas y nos cautiva...
¿Es magia... o magnetismo?
Lo que hoy conocemos como "Ley de atracción", "poder mental", "poder del pensamiento", era en la antigüedad también conocido y usado hábilmente por personas o gobernantes responsables de conducir al pueblo por el "buen camino", "los poderes detrás del trono", en algunas ocasiones con buenos propósitos y en otras usados con fines egoistas y mal aplicados.
En los primeros tiempos ésta "fuerza" era llamada "magia" (blanca y negra), arte místico, poder divino, milagro; y en sus más bajos términos, brujería, hechicería... etc.
Hoy casi todos sabemos que esta magia o magnetismo es una gran fuerza de la naturaleza, es una Ley de la Naturaleza, que es susceptible tanto de ser usada para el bien o para el mal. Como toda gran fuerza o ley de la Naturaleza, (como el poder de la electricidad... etc,) los resultados se derivan de sus aplicaciones, su función y propósito, es obrar en obediencia a las leyes de su naturaleza.
Esta Ley de la Naturaleza no es otra cosa que energía, una energía infinita y eterna, de la que proceden todas las cosas, todo lo que existe en el mundo es una manifestación de una energía, la Energía Universal.
La mente de los seres humanos actúa de forma similar a la seguida por la electricidad, irradiamos torrentes de energía activa, en forma de rayos, ondas, vibraciones, etc.
Nuestro cerebro es un transformador de energía, un convertidor de la energía en deseos, pensamientos, voluntad.
El cerebro por si solo no puede crear, su oficio es convertir una energía existente en formas y fases que se puedan usar, y esa es la acción mental en el cerebro.
La energía en todas y cada una de sus formas tiene dos fases o polos, cuando lo aplicamos a nuestro cerebro lo podemos entender mejor si estas fases o polos, las nombramos como "polo emotivo" y "polo motor".
La palabra Motor significa: el que mueve, el que actúa, el que gobierna; la palabra Emotivo significa: lo que manifiesta sentimiento, emoción, pasión.
El polo emotivo se manifiesta activamente como DESEO y el polo motor se manifiesta activamente como VOLUNTAD.
Estas dos fases se encuentran en toda acción mental, siempre hay un precedente Deseo y una consecuente Voluntad, deseamos conocer una cosa y despues queremos conocerla, antes de que el pensamiento se produzca. El pensamiento es hijo del deseo y de la voluntad. No siempre podemos reconocer los dos elementos, frecuentemente se siguen el uno al otro tan íntimamente, que parecen un solo impulso, y además, el deseo puede manifestarse fuera del campo consciente, pero siempre está presente, y la mente puede estar tan llena de deseo, que uno no reconozca la acción de la voluntad, aunque ella esté siempre allí.
Estas dos fuerzas, Deseo y Voluntad, se manifiestan a través de toda la Naturaleza.
El DESEO es el gran incitador de la mente, es el que incita a la ACCIÓN, el deseo tiene su orígen en el subconsciente de la mente, luego aparece en la mente consciente y desde esta parte empieza a demandar su expresión.
Cuando decimos DESEO, nos referimos a toda clase de deseos, altos y bajos, se suele creer que deseo puede ser solo alguna ansia de baja naturaleza, cuando en realidad significa un sentimiento que necesita algo, y puede ser la más elevada aspiración de nuestra mente.
Éste DESEO en todas sus manifestaciones, tiene un elevado poder de atracción, y es así como se manifiesta inicialmente la Ley de Atracción. Nuestros deseos constituyen nuestra naturaleza y nuestra naturaleza está siempre operando un alto poder de atracción, solo que en algunas ocasiones permitimos que nuestra fuerza de deseo se opaque, debilitando así su poder de atracción. Cuando aprendemos a concentrar y enfocar nuestra fuerza del deseo por medio de la voluntad, obtenemos los resultados que esperamos.
La voluntad es como el director y regulador de la fuerza del deseo, y de nuestros conocimientos, educación y manejo depende el uso que le demos.
La fuerza del Deseo no solamente produce sus efectos sobre las personas inmediatas, sino que puede ser enviada a miles de kilómetros, afectando e influyendo a otros en su camino. No mueve tan solo cosas, sino mentes vivas, pensamientos, emociones, pasiones y acciones de los seres humanos. Es la fuerza que domina al mundo y sus destinos, y como toda fuerza natural es susceptible de ser usada para el bien o el mal, como tal no es que sea buena o mala, simplemente es según la mente en que se origina.
El Deseo está en el fondo de todo sentimiento, antes de que podamos amar u odiar, es preciso que haya deseo, antes de que tengamos alguna ambición o aspiración, es preciso que sintamos Deseo, antes de que manifestemos valor o algún tipo de energía es preciso tener Deseo, en toda acción de la vida, es indispensable que se respire el Deseo por algo, consciente o inconscientemente. El pensamiento por sí solo es una cosa fría, falto de vitalidad, el Deseo en cambio está lleno de vida, ansiando, solicitando, insistiendo hacia la acción.
Cuando el Deseo es lo bastante fuerte, sale de nuestra mente en grandes ondas de energía o fuerza hacia el objeto de sus ansias, atrayendo, forzando a la cosa deseada a someterse a sus demandas.
La fuente de la fuerza del Deseo existe en toda persona, y puede aprenderse a desarrollar hasta alcanzar altísimos niveles.
Lo que sucede con la mayoría de nosotros es que en ocasiones nuestros Deseos son débiles, queremos las cosas solo a la ligera, pareciera que jamás necesitáramos una cosa con la suficiente intensidad para empujar esa fuerza de Deseo hasta la acción y hacer que la cosa venga a nosotros. Esto sucede porque la mayoría de nosotros no sabemos cómo desear. No sabemos realmente lo que es estar poseídos de ese intenso, ansioso y ardiente Deseo. Hay en cambio un gran número de personas que si saben Desear, han ejercitado la fuerza que la naturaleza les ha dado con el propósito de su uso, con determinación y Deseo y han alcanzado todo lo que se han propuesto, son esas personas que tienen un cierto encanto, que irradian una misteriosa influencia... los demás nos sentamos en las gradas esperando que la puerta se abra para nosotros.
Esa es la razón por la cual algunas personas consiguen todo lo que se proponen y otras no, si todos usamos ese poder, esa energía, las puertas se nos abrirían de par en par.
Reflexionemos y recordemos... cuando obtuvimos algo que realmente deseabamos... en nuestra mente no había otra cosa que... esa mujer... ese hombre... ese coche, esa casa... hacíamos todo lo posible y hasta lo imposible por conseguir que fuera nuestro, nos movíamos en todas las direcciones necesarias hasta lograrlo, actuar así es un Deseo ardiente, ese es el primer paso! es el que hay que dar para conseguir lo que queremos, es la forma como trabaja la Ley de Atracción.
Hoy casi todos sabemos que esta magia o magnetismo es una gran fuerza de la naturaleza, es una Ley de la Naturaleza, que es susceptible tanto de ser usada para el bien o para el mal. Como toda gran fuerza o ley de la Naturaleza, (como el poder de la electricidad... etc,) los resultados se derivan de sus aplicaciones, su función y propósito, es obrar en obediencia a las leyes de su naturaleza.
Esta Ley de la Naturaleza no es otra cosa que energía, una energía infinita y eterna, de la que proceden todas las cosas, todo lo que existe en el mundo es una manifestación de una energía, la Energía Universal.
La mente de los seres humanos actúa de forma similar a la seguida por la electricidad, irradiamos torrentes de energía activa, en forma de rayos, ondas, vibraciones, etc.
Nuestro cerebro es un transformador de energía, un convertidor de la energía en deseos, pensamientos, voluntad.
El cerebro por si solo no puede crear, su oficio es convertir una energía existente en formas y fases que se puedan usar, y esa es la acción mental en el cerebro.
La energía en todas y cada una de sus formas tiene dos fases o polos, cuando lo aplicamos a nuestro cerebro lo podemos entender mejor si estas fases o polos, las nombramos como "polo emotivo" y "polo motor".
La palabra Motor significa: el que mueve, el que actúa, el que gobierna; la palabra Emotivo significa: lo que manifiesta sentimiento, emoción, pasión.
El polo emotivo se manifiesta activamente como DESEO y el polo motor se manifiesta activamente como VOLUNTAD.
Estas dos fases se encuentran en toda acción mental, siempre hay un precedente Deseo y una consecuente Voluntad, deseamos conocer una cosa y despues queremos conocerla, antes de que el pensamiento se produzca. El pensamiento es hijo del deseo y de la voluntad. No siempre podemos reconocer los dos elementos, frecuentemente se siguen el uno al otro tan íntimamente, que parecen un solo impulso, y además, el deseo puede manifestarse fuera del campo consciente, pero siempre está presente, y la mente puede estar tan llena de deseo, que uno no reconozca la acción de la voluntad, aunque ella esté siempre allí.
Estas dos fuerzas, Deseo y Voluntad, se manifiestan a través de toda la Naturaleza.
El DESEO es el gran incitador de la mente, es el que incita a la ACCIÓN, el deseo tiene su orígen en el subconsciente de la mente, luego aparece en la mente consciente y desde esta parte empieza a demandar su expresión.
Cuando decimos DESEO, nos referimos a toda clase de deseos, altos y bajos, se suele creer que deseo puede ser solo alguna ansia de baja naturaleza, cuando en realidad significa un sentimiento que necesita algo, y puede ser la más elevada aspiración de nuestra mente.
Éste DESEO en todas sus manifestaciones, tiene un elevado poder de atracción, y es así como se manifiesta inicialmente la Ley de Atracción. Nuestros deseos constituyen nuestra naturaleza y nuestra naturaleza está siempre operando un alto poder de atracción, solo que en algunas ocasiones permitimos que nuestra fuerza de deseo se opaque, debilitando así su poder de atracción. Cuando aprendemos a concentrar y enfocar nuestra fuerza del deseo por medio de la voluntad, obtenemos los resultados que esperamos.
La voluntad es como el director y regulador de la fuerza del deseo, y de nuestros conocimientos, educación y manejo depende el uso que le demos.
La fuerza del Deseo no solamente produce sus efectos sobre las personas inmediatas, sino que puede ser enviada a miles de kilómetros, afectando e influyendo a otros en su camino. No mueve tan solo cosas, sino mentes vivas, pensamientos, emociones, pasiones y acciones de los seres humanos. Es la fuerza que domina al mundo y sus destinos, y como toda fuerza natural es susceptible de ser usada para el bien o el mal, como tal no es que sea buena o mala, simplemente es según la mente en que se origina.
El Deseo está en el fondo de todo sentimiento, antes de que podamos amar u odiar, es preciso que haya deseo, antes de que tengamos alguna ambición o aspiración, es preciso que sintamos Deseo, antes de que manifestemos valor o algún tipo de energía es preciso tener Deseo, en toda acción de la vida, es indispensable que se respire el Deseo por algo, consciente o inconscientemente. El pensamiento por sí solo es una cosa fría, falto de vitalidad, el Deseo en cambio está lleno de vida, ansiando, solicitando, insistiendo hacia la acción.
Cuando el Deseo es lo bastante fuerte, sale de nuestra mente en grandes ondas de energía o fuerza hacia el objeto de sus ansias, atrayendo, forzando a la cosa deseada a someterse a sus demandas.
La fuente de la fuerza del Deseo existe en toda persona, y puede aprenderse a desarrollar hasta alcanzar altísimos niveles.
Lo que sucede con la mayoría de nosotros es que en ocasiones nuestros Deseos son débiles, queremos las cosas solo a la ligera, pareciera que jamás necesitáramos una cosa con la suficiente intensidad para empujar esa fuerza de Deseo hasta la acción y hacer que la cosa venga a nosotros. Esto sucede porque la mayoría de nosotros no sabemos cómo desear. No sabemos realmente lo que es estar poseídos de ese intenso, ansioso y ardiente Deseo. Hay en cambio un gran número de personas que si saben Desear, han ejercitado la fuerza que la naturaleza les ha dado con el propósito de su uso, con determinación y Deseo y han alcanzado todo lo que se han propuesto, son esas personas que tienen un cierto encanto, que irradian una misteriosa influencia... los demás nos sentamos en las gradas esperando que la puerta se abra para nosotros.
Esa es la razón por la cual algunas personas consiguen todo lo que se proponen y otras no, si todos usamos ese poder, esa energía, las puertas se nos abrirían de par en par.
Reflexionemos y recordemos... cuando obtuvimos algo que realmente deseabamos... en nuestra mente no había otra cosa que... esa mujer... ese hombre... ese coche, esa casa... hacíamos todo lo posible y hasta lo imposible por conseguir que fuera nuestro, nos movíamos en todas las direcciones necesarias hasta lograrlo, actuar así es un Deseo ardiente, ese es el primer paso! es el que hay que dar para conseguir lo que queremos, es la forma como trabaja la Ley de Atracción.
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