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Ser Persuasivos... Un Arte y Una Necesidad

 Nos pasamos el día negociando: con nuestro jefe, con nuestros compañeros, con clientes y proveedores, con nuestra pareja, con nuestros amigos… ¿Te imaginas que pudieras conseguir que la gente haga lo que tu quieras que haga? Para poder lograr esa capacidad de persuasión, la cual es la unión de la sinceridad y la empatía se han de desarrollar ciertas capacidades y habilidades las cuales nos han de permitir mejorar en nuestra capacidad de persuasión.

Es muy importante diferenciar entre persuasión y manipulación puesto que la segunda supone maltrato, engaño y suele tener las patitas muy cortas…

Un problema que se nos plantea a diario en las relaciones interpersonales es: ¿cómo conseguir que los otros comprendan y asuman mi punto de vista y terminen cooperando conmigo?

No se trata de aprender a discutir para vencer siempre, ni de utilizar habilidades maquiavélicas para manipular mentes ajenas, sino de resultar convincente, de armar bien nuestros mensajes y opiniones.

Persuadir es motivar a otras personas para que voluntariamente acepten nuestra forma de ver las cosas y respeten, aprecien y tengan en cuenta nuestros planteamientos. Podemos ejercer influencia en otra persona por nuestra forma de ser y actuar, pero quien influye puede hacerlo inconscientemente; en cambio, quien persuade sí pretende que se produzca el cambio de opinión en el otro y desea que quien asume sus posturas lo haga a motu propio y haciendo uso de su libertad de elección.

Cuando entendemos los pensamientos y las emociones ajenas y a su vez nos ponemos en el lugar del otro, desarrollamos con más facilidad la persuasión.
La empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.
A través de la lectura de las necesidades de los demás, podemos reajustar nuestro actuar y siempre que procedamos con sincero interés ello repercutirá en beneficio de nuestras relaciones personales.

Mahatma Gandhi sostenía lo siguiente:

 “Las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían, si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”

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