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Lo que más deseamos en la vida...

...  Es la felicidad, pero en ocasiones saboteamos nuestros esfuerzos para alcanzarla.
La felicidad no es un destino a donde se llega, sino es la manera de caminar por la vida. Sin embargo, de manera extraña, en el trayecto podemos tropezar con dos problemas graves: algunos seres humanos tienen miedo de ser felices y muy pocos saben exactamente qué desean.
Si quieres vencer estos dos obstáculos y pertenecer al  grupo de gente feliz... sigue estos cuatro pasos para lograrlo.

 Deshazte de tu armadura.
Con frecuencia tememos ser felices y saboteamos nuestras ilusiones porque pensamos que no merecemos la felicidad y nos da miedo tratar de alcanzarla.
La forma más sencilla y frecuente de protegernos y mantenernos a salvo es construir una armadura de acero en la que encerramos nuestros sueños y deseos para que nadie pueda alcanzarlos ni destruirlos. Y, por supuesto, el resultado es que jamás damos un solo paso para hacerlos realidad.
Acepta que al reprimir tus sueños no los proteges, sino que impides que se realicen. Haz esfuerzos verdaderos para convertirlos en realidad. Esta decisión te puede llevar a correr algunas desilusiones y desengaños; pero también te llevará a éxitos que de otra manera no lograrías jamás.

Conéctate con los deseos de tu corazón.
Haz una “cita” contigo mismo para explorar cuáles son los sueños y los deseos que duermen en el fondo de tu corazón.
Considérala y trátala como la cita más importante de tu vida.
Si lo consideras necesario, asiste a ella con libreta y lapiz en mano.

Anota cuanta idea se te ocurra sobre lo que deseas, aunque te parezca absurda.
Cuando no tenemos idea de cuáles son nuestras metas en la vida ni sabemos cómo alcanzarlas, es una buena idea ayudar al cerebro a realizar esta exploración.
Lo importante es que logres conectarte con lo que tu corazón anhela realmente y que llegues a vislumbrar los diferentes caminos por medio de los cuales podrías alcanzarlo. De este modo, te será más fácil empezar a dar los pasos necesarios para convertir ese sueño en realidad.
Los esfuerzos que hagas llenarán de interés tu vida y te harán probar las primeras mieles de la felicidad.

Reconoce tu propio poder.
Todos somos mental y físicamente capaces de hacer lo que nos proponemos; los límites los ponen nuestro miedo y nuestra imaginación. Y todos merecemos el éxito, como merecemos el amor y la felicidad.
Desafortunadamente, para muchos es más fácil decir “no puedo”; y todos solemos creer en nuestras propias palabras. Así que para conquistar la felicidad, empieza a practicar una actitud positiva, a fomentar la confianza en ti mismo y a decir “sí puedo”, a todos los retos que te vaya planteando la vida.
Muy pronto descubrirás que puede hacer cosas de las que antes te sentías incapaz.

No tomes precauciones como pretextos.
Algunos temores son buenos. Ser precavido y cauteloso es una virtud cuando se conduce un automóvil, se tienen hijos pequeños y se desea evitar cualquier tipo de accidente. Pero cuando el miedo te impide lanzarte en busca de tus sueños, ha llegado el momento de deshacerse de él.
En las decisiones importantes de la vida los temores y pretextos deben dejarse a un lado y debe imponerse el valor para correr ciertos riesgos, porque se necesita determinación para perseguir y alcanzar los grandes sueños.

Para ser feliz hace falta honradez para seguir el camino correcto en su consecución y para no estropearla con la mentira o el egoísmo.

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