La Psicóloga, Dra Mariana Alvez, escribe esta nota en Psicología Positiva del Uruguay, la comparto con todos ustedes porque me parece que mejor no lo podría exponer otra persona, estaré pendiente de seguir sus artículos para continuar con la labor que ella desea: que todas las personas que lo requieran, puedan paso a paso obtener las herramientas necesarias para poder combatir los pensamientos negativos, ya que casi siempre son un monólogo interior en cada ser humano y hacen ver la vida de una manera pesimista. Este es el primero de sus artículos:
"Para poder luchar con esos pensamientos negativos, automáticos, el primer paso radica en saber identificarlos. ¿Qué es lo que dice esa voz insistente? ¿Con qué te atemoriza? ¿Con que te presiona? ¿Te dice que nunca lograras lo que deseas? ¿Que eres un bueno para nada? ¿Que las cosas buenas le pasan a los demás pero jamás a ti? ¿Que no eres suficiente?
Nuestro monólogo interno puede llegar a ser el más despiadado de los verdugos, por eso debemos escucharnos intensamente para detectar qué es lo que nos decimos que nos termina haciendo actuar como actuamos. Estos pensamientos suelen ser fugaces, a veces casi imperceptibles, pero son tan poderosos que pueden hacerte sentir triste, ansioso o furioso.
Si nos prestamos la suficiente atención, comenzamos a percatarnos de estos pensamientos. Una vez que podemos hacer esto, es hora de poner en tela de juicio el contenido de esos pensamientos, su veracidad.
Solemos enojarnos mucho con los demás cuando nos dicen algo que no nos gusta, podemos llegar a discutir y defendernos, pero ante nuestra voz interior nos quedamos paralizados y a pesar de que ella esté equivocada, ciegamente le damos la razón. Quienes más tienen tendencia a creer firmemente en su monólogo interno son aquellas personas quienes padecen depresión.
Para contrarrestar esto, tenemos que jugar a ser detectives, comenzar a ver las evidencias positivas y no las negativas. Por ejemplo, si crees que eres malo en el amor, busca aquellas evidencias donde pudiste haber sido bueno o al menos intenta contextualizar las cosas. Nada puede ser pensado fuera de su contexto, porque todos actuamos de determinada manera de acuerdo a una mezcla de circunstancias, pensamientos que tienen sentido en ese momento. Si tu relación terminó no necesariamente implica que tu fallaste, sino porque en esa situación determinada hubieron carencias que evitaron que la relación floreciera, pero eso no indica que tu seas un fracasado o que jamás encontraras a tu media naranja, simplemente el resultado no fue el que esperabas.
Las cosas que nos decimos a nosotros mismos no necesariamente son verdaderas a pesar que así lo creamos. Comienza a ver esos pensamientos como hipótesis que deben ser comprobadas, trata de verlos de la manera más objetiva posible. En algunos casos no encontrarás evidencia en la realidad, en otros deformaras la realidad para que tengas razón, también puede suceder que en cierto grado tengas razón, por eso es importante lo que había mencionado de contextualizar.
Debes tener en consideración, que lo mejor que puedes hacer por ti es buscar otro tipo de explicaciones a las cosas malas que te han sucedido o suceden, debes desafiar esos pensamientos automáticos.
Vamos a poner un ejemplo. Martha suele enojarse mucho con sus hijos por la mañana, por eso considera que es una mala madre. Para cambiar este pensamiento, comenzó a ver evidencias de que en realidad por la tarde estaba de muy buen humor, era cariñosa y los ayudaba con las tareas de la escuela. Entonces comenzó a decirse a si misma “No suelo estar de buen humor en las mañanas, debería aprender a controlar mi mal humor matutino, pero esto no quiere decir que sea una mala madre, simplemente que las mañanas no son mi mejor momento del día.” Al hablarse de esta manera, comienza a quitarse la carga negativa de asumir que es una mala madre por el hecho de que está malhumorada, evidencia poco suficiente para creerse algo tan importante como eso.
Así que recuerda, primero intenta detectar toda esa cascada de pensamientos que te inundan y después intenta comprobar que no son tan ciertos como crees. Si te cuesta verlo, no te olvides de contextualizar, así como puedes perdonar a los demás puedes perdonarte a ti mismo, no te olvides de los detalles, las personas y las circunstancias que confabularon para tener ese resultado.
Nuestro pesimismo es aprendido, usualmente de nuestros padres, profesores, de aquellas figuras de autoridad y cariño que nos rodean. Por supuesto que nadie nos enseña a ser pesimistas a propósito, simplemente transmitieron lo que conocían. Y lamentablemente, lo que muchas personas conocen naturalmente es el pesimismo.
Cambiar nuestra manera de pensar y ver el mundo no tiene nada de mágico, requiere de esfuerzo de nuestra parte, de determinación y elección. Es aprender las estrategias y utilizarlas todo el tiempo, convertirlas en parte de nuestra vida hasta que lo automático sea pensar de una manera optimista no pesimista. Estén atentos a los siguientes artículos, recién estamos comenzando".
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