A lo largo de mi camino me he dedicado a descubrir y entender la vida del ser humano, son ellos mi inspiración... descubrir y tratar de comprenderlos en todas sus etapas de vida, ha sido una experiencia propia, rica y provechosa...
Cuando pensamos en nuestros hijos deseamos para ellos lo mejor..
Verlos crecer... jugar el juego de la vida, es como ir en una montaña rusa emocional, sus triunfos, (los puntos altos de la montaña) son éxtasis puro, sus derrotas (los puntos bajos) son angustia y desesperación, solo cuando nos detenemos por un momento a reflexionar, es cuando entendemos que la vida por medio de nuestros hijos nos esta brindando una enseñanza... nos permite saber que existe un lugar que cada uno debe ocupar, y una misión por realizar en este mundo, que nos permita a todos ser felices.
Ellos han sido mis maestros, de cada uno he aprendido que Amor significa: alegría, paciencia, tolerancia, esfuerzo, libertad, respeto, apoyo, serenidad, fortaleza, fe, compromiso, calidad, paz, integridad, compasión...
Esa es nuestra misión en la tierra, dar Amor...
Si todos irradiamos amor en el pensamiento, en la palabra y en la obra, seremos partícipes de la reconstrucción de este mundo.
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