Sólo haciendo aquello que realmente deseas podrás dar lo mejor de ti mismo, podrás tener la vida que deseas... en ese fluir puedes acercarte al bienestar y a tener destellos de felicidad.
Cuando te enfrentes a una decisión, oportunidad o elección, siempre escoge a favor de tu pasión, de esas cosas que te infunden vitalidad cuando las haces o piensas en ellas.
Tras la intención es esencial la atención:
¿ Prestas atención a lo que has escogido?
Aquello a lo que prestas atención es lo que crece más y más en tu vida. Si tienes las ideas claras, lo que eliges que ocurra en tu vida aparecerá, pero sólo hasta el límite de tu claridad; si tu pasión es convertirte en un gran pianista, tienes que tocar el piano, encontrar un gran maestro, ir a conciertos…Muchos saben cuál es su pasión, pero su día a día no tiene nada que ver con ella.
Una vez has hecho todo lo que podías hacer, viene la distensión: dejar que las cosas fluyan. Cuando te aferras de manera inflexible a tus ideas preconcebidas, estás interfiriendo en el flujo de la vida.
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