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Cuento Navideño...


Hace muchos, muchos años, en un lugar muy lejano de nuestra casa, vivía una chica que se llamaba María. María vivía con su mamá, Ana y su papá Joaquín.

 A María le gustaba pasear, conversar con las amigas y ayudar a su mamá. Cerca de la casa de María vivía José. José era carpintero. María y José se querían mucho y se iban a casar. Una tarde, mientras María paseaba por el jardín, apareció un ángel con un mensaje de Dios.

 María –dijo el ángel que se llamaba Gabriel-, Dios te eligió para ser la mamá de Jesús.
   
María saltó de alegría por esta gran noticia.

María y José se casaron y vivían tranquilos, hasta que recibieron otra noticia: tendrían que hacer un largo viaje hasta un pueblito llamado Belén. José consiguió un burrito para que María, que estaba embarazada, viajara más tranquila.

Llegaron de noche a Belén y comenzaron a buscar un lugar para dormir.
 José golpeaba las puertas de las casas y hoteles y decía:

¿No habrá un lugar para nosotros?
Mi mujer está por tener un hijo y necesitamos un lugarcito para pasar la noche.
Todo estaba ocupado. Entonces, María y José se fueron a un pesebre.
 El pesebre era el lugar donde estaban los animales.
 Pero, José lo limpió y colocó pajitas limpias y sábanas blancas para que María se acostara.

Así, esa noche, en medio de la oscuridad, se escuchó un llanto.
Era el llanto de Jesús que acababa de nacer.
 Sobre el pesebre brillaba una gran luz. Era una hermosa estrella.
Los ángeles avisaron a los pastores que había nacido Jesús.
 Los pastores fueron a visitarlo y se arrodillaron frente a él.
 Después llegaron los reyes que, guiados por la estrella, encontraron el lugar donde había nacido el Niño Dios.
 Todos juntos cantaron y dieron gracias a Dios.

Navidad no es la fiesta de los regalos y la compra, de banquetes y grandes gastos, sino la fiesta de los pobres y los sencillos.
 La primera Navidad fue la Navidad de unos pobres, María y José, que no hallaron lugar en la posada del pueblo de Belén y tuvieron que ocupar un lugar deshabitado para que naciera el Niño.

Navidad es la fiesta de los pobres, de los pastores que guardaban el rebaño de noche y a quienes se anunció en primer lugar la gran noticia de que había nacido el Salvador en Belén.

Navidad es la fiesta de un Dios que se hace niño, pobre, que entra en nuestro mundo sin poder ni riqueza, débil, frágil, pequeño, para que nadie se asuste de él.

Por esto la celebración de Navidad que cada año recordamos ha de ser la fiesta de la solidaridad, del amor a los pequeños, del compartir, de comenzar a vivir la vida con ojos de niño.

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