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El camino hacia el Éxito... está siempre en construcción

Es un proceso permanente... y no una meta que se deba alcanzar.

Las personas que tienen éxito son las que han aprendido a aceptar cualquier desafio que les presente la vida, y a comunicar esa experiencia... de tal manera que logran cambiar las cosas a mejor; las personas que fracasan se resignan ante las adversidades de la vida y las asumen como limitaciones.

En nuestra existencia hay varios momentos en que se ponen a prueba todos los recursos  que disponemos, nuestra fe, nuestros valores...  paciencia... comprensión... y perseverancia se ven forzados hasta el límite y aún más allá, en que la vida parece absolutamente injusta... 

En nosotros mismos está el poder para transformar todo ...

 La  Actitud   y   la   Metodología que usemos nos permitirá aprovechar mejor nuestros recursos, realizar los cambios deseados, alcanzar nuestros objetivos, superar conflictos y contradicciones, mejorar nuestras relaciones interpersonales, reducir el estres, aumentar nuestra autoconfianza, establecer procedimientos, solucionar  problemas de manera positiva, y... disfrutar un poco más de la vida.

 "Si te sientes dolido por las cosas externas, no son éstas las que te molestan, sino tu propio juicio acerca de ellas. Y está en tu poder el cambiar este juicio ahora mismo". Marco Aurelio (121-180) Emperador Romano, en su obra "Pensamientos".
 
 La vida es nuestro personal sentimiento de las cosas que nos pasan, estando éstas supeditadas a nuestras actitudes y decisiones. Esas actitudes, esas decisiciones y esos sentimientos hacia las cosas que nos pasan forjarán nuestro éxito en la vida. Pero este éxito no sólo es medido desde el punto de vista social o profesional, sino también y principalmente desde el punto de vista personal.
 
Construir el camino hacia el éxito requiere de parte nuestra, estar concientes en todo momento de nuestros propios sentimientos y de los sentimientos de los demás, además de cuestionarnos el porqué de ese sentimiento.
Al hacerlo podemos regular de forma positiva nuestros impulsos emocionales y de conducta, comprendemos los puntos de vista de los demás y lograremos hacerle frente a nuestras dotes sociales a la hora de relacionarnos.
 
Al construir utilizamos una metodología... de igual forma podemos aplicar esa metodología cuando construimos el camino del éxito a nuestra vida, podemos verlo como un método para la consecución de todo tipo de objetivos.
 
Los sentimientos me estimulan a actuar con la debida reflexión:
 
Es importante conocer y pensar en nuestros sentimientos, para reconocer el problema realmente. Esos sentimientos no deben ser el final del proceso del problema, sino el principio para detectar la existencia del problema y empezar a pensar en su planteamiento para su resolución.
Podemos  preguntarnos: ¿Cómo te sientes? ¿Qué sentimientos experimentas? ¿Cómo crees que se siente el otro o los otros afectados?


Tengo un problema:

Admitir que el problema existe, independientemente de quien sea el culpable. Si el problema existe, seguro que hay algo que puede hacerse para resolverlo o mitigar sus efectos negativos. No ayuda a su resolución ignorar el problema o centrarnos en los sentimientos negativos hacia el problema o hacia el culpable.
Preguntas: ¿Qué pasó exactamente? ¿Qué pasó antes? ¿y después? ¿Qué hiciste? ¿Cuál es el origen del problema?


Mis objetivos me proporcionan una guía:

Plantearnos los objetivos es algo de vital importancia. Consiste en conocer clara y explícitamente qué es lo que queremos. Los objetivos deben ser razonables y debemos tener paciencia para conseguirlos, no podrán conseguirse todos ellos rápidamente. En este punto, hacer una lista por escrito de nuestros objetivos resulta de gran ayuda.
Preguntas: ¿Qué te habría gustado que sucediera? ¿Qué te gustaría que sucediera ahora? ¿Cuáles son tus objetivos?


Pienso en qué cosas puedo hacer:

 Buscar todas las posibles acciones que puedan servir para conseguir los objetivos. Cuantas más soluciones  se tengan mejor, pues la realidad es que: "la vida es compleja, y rara vez existe una respuesta clara y concisa a un problema determinado" (alguien lo dijo, no recuerdo su nombre).
Preguntas: ¿Qué has pensado que puedes hacer? ¿Puedes hacer más cosas?


Preveo los resultados:

Este punto puede hacerse a la vez que el anterior. Para cada acción debe pensarse también sus consecuencias, para así estar en mejor disposición de ejecutar el punto siguiente.
Preguntas: ¿Intenta ver qué pasaría si haces lo que has pensado? ¿Qué podría pasar? ¿Qué podrían hacer los demás involucrados?


Selecciono la mejor opción:
 Preguntas: De las acciones pensadas, ¿Cuál es la mejor para aplicarla primero? ¿Cuál crees que te llevará a conseguir el objetivo deseado?


Planeo cómo proceder, me anticipo a los escollos, practico y persevero:

Una vez determinadas las acciones a efectuar, conviene planificarlas, ensayarlas (si procede), pensar como solucionar posibles errores que puedan ocurrir y, ante todo no rendirse si las cosas no salen como nos gustaría.
 Preguntas: ¿Cómo vas a ejecutar la acción elegida? ¿Que harás si las cosas no salen como tú esperas? ¿Qué posibles inconvenientes o trabas puedes encontrar?


   
Advierto qué ha sucedido, y ¿ahora qué?:

Este último punto es el que evalúa los resultados de nuestro plan. Nada garantiza su éxito, pero del fracaso deben obtenerse conclusiones interesantes, para volver a empezar...

recordemos: el camino hacia el éxito está siempre en construcción.







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