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¿Tienes carisma? Es una cualidad y un arte... más allá del físico

Tanto en las relaciones personales como en el trabajo o en el mundo de los negocios, existe un misterioso atributo que pesa más que el aspecto físico, el talento e incluso los conocimientos que alguien pueda tener...
es un "algo" que quien lo posee, tiene un alto porcentaje de lograr lo que se propone. 
Cuando se tiene ese "ángel" como también suele llamársele, las puertas se abren de par en par porque se irradia una energía especial... un encanto que cautiva. 

¿En qué consiste ésta cualidad casi mágica?
Es una fuerza interna que todos poseemos, pero que debemos desarrollarla interesándonos sinceramente por los demás.

¿Cuál es la formula? ¿Puede aprenderse o se nace con ello?

Esta extraña habilidad de ganarse el cariño o la simpatía de los demás no es otra cosa que una combinación de entusiasmo, extroversión y  escuchar con atención al otro... optimizando también nuestro estilo personal, pasando por los modales y la forma de expresarnos.

Si bien generalmente carismático se nace, el carisma también puede cultivarse.

Las personas carismáticas muestran más variaciones en el tono de voz, son más dadas a sonreir y a establecer contacto visual, tienden de forma consciente o inconscientemente a contagiar con sus gestos a su interlocutor, en quien se concentran genuinamente, generando una intensa conexión emocional, irradian magnetismo, su sola presencia llama la atención, son seguras de sí mismas y también son audaces.

La buena noticia es que es una habilidad socio-emocional que todos podemos aprender, si bien es cierto, el carisma tiene un componente espontáneo, una actitud innata de quien lo posee, ésta actitud también podemos inducirla, incorporando hábitos amables para que luego nos salgan espontáneamente, saber decir la palabra justa, en el momento preciso, con una mezcla de simpatía y encanto, si  en realidad así lo sentimos, pues debe ser sincero para que sea natural, no es elogiar al otro porque sí, sino formas de expresarnos ante otros con entusiasmo y energía. 

No existe un método mágico, pero si trabajamos en acentuar nuestras cualidades y en corregir ciertos vicios (como interrumpir a los demás), con el tiempo seremos personas agradables, simpáticas, sinceras y desde luego carismáticas.
Cada uno de nosotros tenemos una esencia que no podemos cambiar, pero si cultivar, y no me estoy refiriendo a la "imagen" de rubia... alta... delgada... etc, sino a cuidar nuestros modales, nuestra imagén  y también el modo en que afrontamos la vida, con un sello personal agradable.

El "estilo" es algo que requiere tiempo y esfuerzo, se construye paso a paso, como todo en la vida, el carisma esta asociado a un estilo personal y está formado por muchas cosas, pero... si realmente deseamos lograr un sello personal y auténtico, debemos saber que éste cambio es progresivo y sutil, no un disfráz.

Esto se debe a que la imagen no pasa únicamente por la forma en que nos vemos, sino que es un todo, tiene que ver con los gestos, los modales, el vocabulario, la forma de movernos, el interés genuino en adquirir educación y... en darnos a los demás de forma sincera.

Ya en el aspecto físico,  la mirada es un factor primordial, pues debe estar dirigida a los ojos de nuestro interlocutor, la forma de dar la mano debe ser firme y nunca inclinada hacia abajo, hay que saber escuchar, saber cuando se puede interrumpir, y cuando hay que introducir nuestros conceptos personales en una conversación.
Otro de los puntos fuertes de una persona que atrae a los demás, es hablar con frases cortas para sostener el interés, y no olvidar nunca la sonrisa, pues en todo esto es fundamental.

En definitiva, es posible desarrollar tu ángel, una combinación  única de imagen, actitud y habilidades sociales que solo tu puedes lograr.
Y para eso, además de optimizar tus herramientas, lo más importante es el deseo que tengas de lograrlo.
Si no tienes la intención de brillar, no puedes lograrlo, pero si realmente la tienes, sigue estos consejos guiada por tu propio instinto y notaras los cambios.

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