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Viviendo en positivo

El hecho de vivir en una sociedad con una cultura basada en el miedo, indudablemente que esto afecta tanto nuestro comportamiento como  las decisiones que tomamos.
Generalmente y para no sentirnos mal, todo nos lo pensamos mucho antes de dar cualquier paso, o tomamos demasiadas precauciones para controlar nuestra seguridad, y lo que realmente estamos haciendo es fijando aún más patrones mentales de inseguridad y peligros, que los hay, pero no tantos como creemos, y nos volvemos desconfiados para evitar que nos hagan daño, sin entender que el mayor daño nos lo estamos haciendo nosotros mismos.

Dependiendo de cómo interpretamos la realidad que nos rodea, ésta afecta a nuestra felicidad... a cómo nos sentimos y cómo actuamos con los demás.
Si aprendemos a gestionar mejor nuestras emociones y cambiar nuestra actitud delante de los problemas diarios, simplemente nos convertimos en personas que vivimos en positivo.


Ser feliz o más feliz, actuar de acuerdo con nuestros valores, encontrarle sentido a la vida es fácil, solo hay que no ponerle obstáculos a nuestros pensamientos y a nuestras palabras.
Constantemente hacemos lo contrario, nos boicoteamos con el lenguaje que utilizamos, recordemos que elaboramos pensamientos con palabras que influyen en nuestro estado de ánimo y en nuestra actividad o inactividad, por ejemplo, frente a un escritorio desordenado, seguramente pondremos obstáculos tales como: "no tengo tiempo", "ahora no puedo", "no se por dónde comenzar", "después lo hago", "que aburrido", etc, etc. y así con todo lo que sabemos que debemos hacer: la cita para ir al dentista... la revisión de... etc, sin darnos cuenta nuestra mente con una habilidad del 100% hacia la negatividad e imposibilidad logramos el objetivo de no lograrlo.
Al decir "que aburrido" el cuerpo inmediatamente obedece y caemos en la inactividad, cuando decimos "después lo hago" o "no tengo tiempo" lo que sucede es que posponemos, implica un futuro muy amplio y al no tener la mente la precisión del tiempo, no hace nada.


En cambio es increible la respuesta que obtenemos cuando cambiamos nuestro diálogo interior y dirigimos nuestros pensamientos para que trabajen a favor nuestro, si decimos "lo hago rápido y sin esfuerzo", o "me organizo para hacerlo", la mente se aplica para seguir instrucciones y el cuerpo por lo tanto también se pone en la misma frecuencia.



De la misma forma sucede con todo, si pensamos en positivo, nuestras palabras serán en positivo al igual que nuestros actos, en nuestra mente, sin darnos cuenta, la estaremos cargando de habilidades al 100% de positivismo y al hacerlo vivimos en positivo y por ende logramos todo lo que nos proponemos.








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