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La paradoja de la Ley de Intención

Dice que: cuanto más desesperado (a) estés por hacer que algo suceda, tu energía ansiosa más alejará la meta que buscas y creará lo contrario; y por el contrario, cuanto más liberes y percibas tu deseo como una simple forma de enriquecer una vida ya feliz, más atraerás resultados de dicha hacia ti.

Todos hemos experimentado este fenómeno al menos una vez, deseamos algo tan desesperadamente que se convierte en el faro orientador que captura toda nuestra atención, emoción y tiempo. Quedamos convencidos de que un deseo tan profundo tiene que ser satisfecho.
Infortunadamente, no nos damos cuenta de que podemos estar poniendo obstáculos de apego tóxico en nuestro propio camino.

Es claro que si necesitamos algo para ser felices, quiere decir que en ese momento hay infelicidad, si creemos que nuestra meta traerá plenitud y seguridad, estamos destinados a sentirnos incompletos e inseguros.
La  paradoja es, cuanto más buscamos algo por desesperación, nuestra fuerza vital de necesidad y ansiedad más lo alejará.
La desesperación es un veneno y tiene un efecto negativo para nuestra vida.

He aquí algunos ejemplos de creencias desesperadas:

- Necesito eso para ser feliz.
- Me sentiría mejor conmigo mismo si pudiera lograr que eso sucediera.
- Eso les demostrará a los demás lo maravilloso (a) que soy.
- Mi vida esta incompleta sin eso.
- Esa es mi única opción... si eso no sucede, estoy perdido (a).

Cuando hacemos que la calidad emocional de nuestra vida dependa de resultados externos específicos, nos ponemos a merced del mundo exterior.

Algunas metas que nos proponemos alcanzar son motivadas por un propósito personal, como por ejemplo: encontrar el amor... ser exitosos (as) profesionalmente, convertirnos en empresarios (as), conseguir el trabajo ideal, etc., aunque son propósitos realmente mundanos, si nuestro deseo es equilibrado y respetuoso de nosotros y de los demás, entonces es energía pura, y esta resonancia tiene mucha mayor probabilidad de éxito, y aunque existen muchas variables y el resultado puede no manifestarse exactamente en el momento y forma que imaginamos, las probabilidades de lograrlo son mayores si hay energía de confianza y desapego.

Si, por otro lado, nuestro deseo es motivado por la urgencia, ego o temor, las probabilidades de obtener lo que deseamos disminuyen, por supuesto, tal vez podamos encontrar el amor, o crear nuestro negocio, o conseguir el trabajo, pero lo que vamos a experimentar en esos logros puede no parecerse en nada a lo que estabamos buscando.

En la Ley de Atracción nos hemos creído una mentira: que cuanto más profundo sea nuestro deseo y cuanto más emocional sea la intención, mayor será la probabilidad de que se haga realidad; la verdad no es esa, por eso mucha gente se siente frustrada hasta el punto de perder la esperanza con respecto a sus sueños, visualizan con precisión lo que quieren, lo afirman todos los días, creen haberse dedicado a hacer lo correcto para conseguir lo que desean, pero no se han dado cuenta de que sus sentimientos han pasado de la dedicación a la desesperación, y del deseo puro a la necesidad urgente, como resultado, en lugar de atracción, muchas personas experimentan mayor frustración y anhelo más profundo, sin darse cuenta que han entrado en las energías tóxicas de la intención: cuanto más piden, más lejana parece estar la solución. Puede parecer una broma cósmica, cuando estas ansioso y urgido con respecto a algo, lo alejas; pero cuando hay desapego, eso o algo mejor llega a ti.

Una de las grandes metas en la vida que debemos tener es la ECUANIMIDAD: esto es, establecer tu paz interior sin ninguna dependencia de factores externos. La paradoja es esta: una perspectiva tranquila, desarraigada, crea una vibración tan suave y hermosa en el mundo de los factores externos que buscas, que invariablemente empiezan a fluir hacia ti.

Recuerda dedicar un momento a dejar que todo pase y siente la paz que el simple desapego puede dar, despréndete de tus temores y busca la quietud, tu espíritu  te traerá las respuestas que buscas.

Fuente: Verdades y Mentiras sobre la Ley de Atracción, Sandra Anne Taylor.

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