¿Se ha preguntado alguna vez cúal es la razón por la cual deseando decir NO... termina irremediablemente diciendo SI?
Esto tiene relación con nuestra autoestima...
Si realmente no nos sentimos agradados con nosotros mismos o no nos apreciamos lo suficiente, sentiremos la necesidad de que los demás siempre nos estén demostrando lo bien que les caemos.
Podemos estar seguros de una cosa: aunque lo hagamos todo bien, no podremos complacer a todo el mundo. Nadie tiene la culpa de ello, todos somos diferentes. Hacer todo lo que nos piden para caer bien a todos está destinado al fracaso.
Sólo es posible que los demás aprecien nuestras cualidades positivas y respeten nuestras habilidades, si nosotros lo hacemos primero.
Los demás no van a valorarnos sólo porque nos convirtamos en sus "siervos" y hagamos todo lo que ellos quieran.
Cuando nos respetemos nos daremos cuenta de que ni siquiera nos molestan o nos ofenden las personas a las que no les agradamos.
Aún cuando no lo admitamos, los demás pronto se darán cuenta de que la única razón por la que hacemos todo lo que nos piden es por nuestra desesperada necesidad de agradar. Los que no tienen escrúpulos se aprovecharán de esto y depositarán cargas aún mayores sobre nosotros.
Bien sabemos qué tipo de persona se convertirá en nuestra "amiga", siempre que estemos dispuestos a satisfacer sus deseos... Pero... ¿necesitamos realmente ese tipo de amistades?
No podemos permitir que nos manipulen, ni manipular a nadie, mejorar nuestra autoestima y valorarnos debe ser una prioridad en nuestra vida, en nuestras relaciones, sean éstas afectivas, profesionales o sociales.
Tenemos derecho a decir no cuando eso es lo que deseamos hacer; como personas asertivas tenemos derecho a defender nuestros derechos, sin olvidar por ello que los demás también tienen derecho a defender a los suyos.
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