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LA ENVIDIA PRODUCE MALOS SENTIMIENTOS...ENFRENTAMIENTOS Y DISTANCIAMIENTOS

Es tan antigua como el hombre... y adversaria de los afortunados.

Pero...  en realidad qué es?

... El deseo de tener lo que el otro tiene, la admiración por lo que el otro ha conseguido, el dolor por no tenerlo, la indignación por considerar injusta la diferencia, anhelos de que al otro le vaya mal o pierda sus pertenencias, ... etc, etc.
Se produce por desear lo que no se tiene y  por compararse con los demás.
La tentación de envidiar nos viene a todos pero hay que vencer ese sentimiento con generosidad.

Entre los valores más envidiados... el prestigio, el reconocimiento, el dinero, el estatus ocupacional, las posesiones materiales, por enumerar sólo algunos, el envidioso cree que el envidiado representa una amenaza para su propia valoración, todo esto, como consecuencia de tener una fuerte tendencia competitiva, altas dosis de inseguridad, insatisfacción, celos; por lo tanto,  las frustraciones y las rabias le dominan y su vida  le resulta poco grata.

En esta competencia abierta, donde el uno ambiciona ser y tener lo que tiene el otro, el envidioso siempre busca la caída del otro, su desprestigio, cambiar la imagen siempre positiva que el otro ha mantenido, y  de esa forma disipa el rencor secreto que le ha tenido y lo peor es que el envidioso se guarda muy bien incluso en su fuero interno de reconocer que padece envidia.

¿Porqué niega el envidioso siempre su envidia?

Sencillamente porque denota un sentimiento de inferioridad que no admite, porque se siente incapaz de reconocer unas limitaciones que interpreta como signos de debilidad, porque no puede aceptar que su infelicidad  NO se debe a todo aquello que carece,  sino a que no sabe valorar lo que tiene, y porque pendiente de la vida de los demás, no deja un espacio para asumir la suya.

Lo mejor que todos deberíamos hacer  para no llegar a sentir este sentimiento es:

 NO VIVIR PENDIENTES DE LO QUE NO TENEMOS.

 DELEITARNOS CON LO QUE  TENEMOS,  Y... CONVENCERNOS DE QUE NADA PERDEMOS CUANDO A LOS OTROS LES VAN BIEN LAS COSAS.

COMPARARNOS CON LOS DEMÁS SIEMPRE RESULTARÁ  ESTÉRIL, NUESTRO MEJOR PUNTO DE REFERENCIA SOMOS NOSOTROS MISMOS.

Una de las mejores protecciones contra la envidia es el optimismo aprendido, acostumbrarnos a centrar nuestra atención en los aspectos más positivos de nuestra realidad, esforzarnos por superar los obstáculos que encontremos en nuestro camino, para así obtener el éxito y el reconocimiento que necesitamos.
Aprender a colaborar, a  dar y pedir ayuda, es un medio eficaz de adquirir habilidades para resolver los conflictos que suelen originar envidia. 



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