Cuando realmente entendemos que lo único que se interpone entre nosotros y nuestros objetivos son nuestros propios pensamientos limitantes, en ese mismo instante empezamos a despejar el camino y atraer a nuestra vida las manifestaciones que queremos.
La ley de
la atracción, nos habla de cómo funcionamos los seres humanos para conseguir
aquello que queremos... de cómo nuestra mente y nuestros pensamientos serán
determinantes para que nuestro cuerpo se ponga en marcha... se active y enfoque
hacia la dirección adecuada (o al revés, haciendo que tropecemos cada vez en la
misma piedra hasta que renunciemos a lo que tanto deseamos, creyendo que no
somos capaces de conseguirlo).
Los “detractores” de esta ley o aquellos que no están
preparados, te dirán que “ojalá las cosas fueran tan simples”, que “la vida no
es tan sencilla”, etc mientras se atascan en las quejas, en todo aquello que
no les sale bien o en todos los problemas que tienen en su vida. Es decir, no
entienden nada, creen que les están hablando de magia o algo parecido.
Cada uno tiene que poner de su parte para saborear
la Ley de la Atracción y conseguir sus propósitos, no es sentarse en un sofá bien cómodo y ponerse a
"pedir", sin hacer nada más, y los resultados ya vendrán a
ellos....pues bien, no es así.
Cuando encuentras a una persona que comprende de que se trata la Ley de Atracción lo ves al instante, comprende
que siempre ha funcionado de esa manera y que si utiliza ese conocimiento a
conciencia, lo podrá potenciar muchísimo más.
He visto
decenas y decenas de personas transformarse y transformar su vida al comprender
esta Ley... Con el dinero, con el trabajo, con las relaciones, etc... con cualquier parte de su vida.
No hay magia... hay determinación.
No hay super poderes, hay esfuerzo.
No hay miedos, hay
confianza.
No hay confusión, hay objetivos concretos.
Y es que,
como siempre...
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