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domingo

Mi regalo de Navidad...

... Para todos los que me leen... los invito al cambio, al perdón y a resarcir los errores que hemos cometido con los demás y con nosotros mismos.

Cuando asumo la responsabilidad de mis acciones, emociones... pensamientos y palabras, tomo las riendas de mi vida, me libero del sufrimiento... de la culpa... del rencor y tantas otras emociones toxicas que me impiden SER y disfrutar de cada instante de la vida y recibir cada experiencia como un maravilloso regalo del Universo.

Mi libro favorito es “Los 4 acuerdos” de Miguel Ruiz, y estoy casi segura que si siguiéramos estos principios de vida nos ahorraríamos tanto sufrimiento, malgastaríamos menos nuestra energía y nuestras relaciones estarían menos cargadas de miedos, por lo que la vida fluiría plena de felicidad.

Sabemos que la responsabilidad es el acto consciente de responder no solo por nuestras acciones, sino también por las palabras, pensamientos o emociones que generamos.

Si todos dedicáramos un momento de nuestras vidas para evaluar de qué manera somos responsables por las situaciones que nos pasan, y asumimos esa responsabilidad, cambiaríamos con el fin de afectar positiva mente al mundo, y absolutamente todo estaría lleno de paz y armonía en nuestra vida.
He relacionado cada uno de los 4 Acuerdos de que trata el libro, con la acción liberadora de responsabilizarnos:

  • “No hagas suposiciones” / Pensamientos: Cuando no hacemos una adecuada gestión de nuestros pensamientos, nos dejamos llevar por nuestras creencias y juicios hacia los demás, nos contaminamos de “basura mental” que al expulsarla fuera termina por afectar lo que nos rodea (personas y situaciones). En el argot común se habla de “empelicularse o envidearse” que no es mas que crearse una situación artificial en la cabeza basada en conjeturas. El origen de esos “vídeos” casi siempre tienen que ver con supuestos, inseguridades... miedos, desconfianza, celos… A partir de estos, generamos conflictos con nuestra pareja, los amigos, compañeros de trabajo, etc. Cuando entendemos que el problema solo existió en nuestra cabeza: ¿cuántos de nosotros nos hacemos responsables por haberlos creado? ¿cuántos simplemente nos justificamos en decir que el “otro” no fue claro e insinuó, sugirió, promovió, etc.? El dedo siempre apuntando hacia fuera, nunca hacia dentro.

  • “No te tomes nada personalmente” / Acciones: Evadimos la responsabilidad de nuestros actos cuando nos excusamos en que nuestra actitud fue una simple reacción a una acción del otro. La ley del Talión “ojo por ojo, diente por diente”, un circulo que no termina. Creemos que todo lo que pasa tiene que ver con nosotros, actitud egoísta de sentirnos el centro de atención, de acuerdo con esto estamos constantemente a la defensiva, preparando ataques. Cuando me doy cuenta que soy uno mas, que lo que dicen o hacen otros tienen que ver mas con sus historias y miedos que conmigo, me libero de estar alerta y estoy en capacidad para ser consciente del resultado de mis actos

  • “Se impecable con tus palabras” / Palabras: ¿Cuántas veces pensamos antes de hablar? ¿nos hacemos responsables del efecto de nuestras palabras? ¿qué tan preciso somos al expresarnos? ¿usamos el lenguaje apropiado? ¿hablamos con respeto siempre?¿ somos conscientes de nuestro tono de voz, de nuestro lenguaje no verbal? ¿entendemos que por muchas disculpas que pidamos, lo que dijimos ha quedado grabado en la mente y corazón de nuestro interlocutor? ¿somos conscientes del daño que podemos hacer solo con una palabra o con el tono que usemos para decirla? ¿entendemos la fuerza energética y el poder creador de la palabra? Cuando somos impecables con nuestras palabras, alteramos positiva mente nuestro mundo, el mundo. Un simple “hola”, o una respuesta cortés puede dar paz y alegría al corazón de alguien.

  • “Haz siempre tu máximo esfuerzo” / Emociones: Considero que son las emociones el motor que nos lleva a actuar, a lograr lo que deseamos, muchas veces construimos ilusiones en la mente, pero nos quedamos ahí soñando, por eso son las emociones el estimulo que nos impulsa a esforzarnos. La gestión de la emoción es dejarla ser y responsabilizarnos por su manifestación, en ningún caso se trata de reprimir, la tarea es permitir que la emoción se “realice” sin perjudicar a otros. Por ejemplo, gestionar adecuadamente la desilusión o frustración que conlleva la no realización de un proyecto o deseo, es darle tiempo a la mente y al cuerpo de diseñar nuevas estrategias o caminos para alcanzar el objetivo o replantearlo. Entender que nadie es el responsable de cómo me siento...  nadie me produce la tristeza o la alegría, Soy sólo yo quien decido sentir esas emociones.

Estamos próximos a celebrar una de las festividades más lindas y emotivas, al menos lo es para mi,  
LA NAVIDAD... y para acercarnos más al Espíritu Navideño propicio de estas fechas,  les propongo reemplazar la palabra culpa/culpable por responsabilidad/responsable.

Para mi la culpabilidad esta cargada de una fuerte energía negativa, imagino a un juez omnipotente señalando con el dedo, asumiendo una única verdad. En cambio... siento que la responsabilidad es un acto inocente, a veces ingenuo que invita al cambio, al perdón y a resarcir nuestros errores. 

               Por una Navidad Feliz... por un Año Nuevo que está por comenzar... 2014

                       Los invito al Cambio, al Perdón y a resarcir los errores cometidos.

 



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