Esta no es
de ninguna manera una justificación, o tal vez sí....
Prefiero sea vista como una
reflexión personal que quiero hacer pública debido al respeto que siento por
mis lectores. Me dirijo a ustedes, porque en sus e-mails y comentarios me
preguntan la razón por la cual no he actualizado mi blog con la misma
dedicación de antes.
Bueno… Motivos siempre hay suficientes, pero primero
quiero que sepan que para mí, escribir aquí en este blog, es una pasión. Sí,
una pasión y muchos de ustedes me entienden. Partamos de eso. Luego viene lo
que les decía hace un momento, el asunto del respeto hacia el lector. Si
mezclas estos dos ingredientes todo va bien, hasta que llega el día en que
inevitablemente se te acaban las historias, las que te sabías, las que de
cuando en cuando escuchaste por ahí, o las que te envían por mail. Era una
lista bastante grande (de historias curiosas) de las cuales haces un doloroso
proceso de selección: descartas unas, publicas otras, ésta te la guardas porque
no te convence, o la de más acá te asquea; y en el momento menos pensado te das
cuenta de que llevas algunos años de tu vida
dedicado a escribir artículos a gente que no conoces pero que la sientes cercana
- algo que me fascina-, y que, sin quererlo, posponiéndolo y consciente de
aquello, se iba extinguiendo otra de mis grandes pasiones; la lectura.
En mi
sentir… mientras tanto, los libros físicos y digitales seguían amontonándose en
el ordenador, en mi mesita de noche y en el escritorio. De vez en cuando les echaba una ojeada -u hojeada- pero tenías
algo más importante que hacer, cuidar de tus lectores, agradecer su fidelidad
publicando otro artículo.
Y así
empezó: Fue una noche hace algunos meses que empecé a leer nuevamente, leer en
serio, como antes; todo esto, a pesar de
ser un deleite, me dejaba con un sabor amargo: ya no podía publicar los
artículos (a veces siete) semanales, a los que los tenía acostumbrados. Se
fueron distanciando inevitablemente. Traté de publicar por ahí uno
semanalmente, hasta que no sé cómo ni por qué, me di cuenta de que por primera
vez en la vida de este blog, no había publicado por casi un mes. Y créanlo, me
duele.
Leer es un lujo que necesita de tiempo. Visto
de otra forma, es un hobbie que bien puedes darte si eres joven o cuando no
tienes que rendir cuentas a nadie. Yo lamentablemente, tenía "un blog que
atender".
Puede
parecer una broma pero no lo es: Ayer en la noche vi este sitio más abandonado
que nunca. Más callado y solo… tan incompleto como un libro al que le faltan
muchas páginas por escribir y esperando por ellas. Me dio tristeza porque no se
lo merece, por las satisfacciones que me ha dado y por la gente que me ha
permitido conocer. Es una culpabilidad que sentí, dejaba en la orilla al amigo
que me acompañó durante algún tiempo de
mi vida. (Porque de verdad lo hizo).
Hoy,
después de la contrición, regreso a ésta, mi casa de siempre, con alguno que
otro artículo o historia… Ojalá semanalmente. Espero me disculpen...
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