A mis lectores les comparto un artículo escrito por Martha Muñoz Lozada, Terapeuta en Sanación y Canalización con Arcángeles, quien nos propone una forma para ayudarnos a eliminar las preocupaciones...
Publicado
en el Diario La Nación de Neiva (Huila, Colombia) el 10 de Junio de 2012.
“La
preocupación se asemeja a una silla mecedora: te mantiene ocupado, pero no te
conduce a ningún lado”. Leí en una publicación de una amiga en las redes
sociales y me pareció excelente analogía para empezar la reflexión del día de
hoy. Hemos hecho de la preocupación casi un hábito, un modo de vivir y mi
objetivo hoy es recordarte que la mayoría de las veces nos angustiamos por
cosas que ni suceden aún, como si nos mantuviéramos al acecho de algo negativo.
Además, cuando ya estamos en medio del problema, olvidamos que no importa lo
complicado de una circunstancia, Dios sabe siempre como resolverla.
Está claro
que la preocupación para nada sirve. Es más, produce malestar e invita a otra
cantidad de reacciones en cadena como el nerviosismo, ansiedad, tensión y enojo
entre otras, que conllevan al deterioro de tus relaciones personales y a
dificultades de salud que pueden fluctuar entre migraña, estrés, insomnio,
calvicie, dolores musculares y problemas estomacales de toda índole.
Quien
permanece preocupado, difícilmente escucha la guía en su interior porque aparte
de que se llena de desconfianza y zozobra, se desconecta de si mismo,
sumergiéndose en su propio caos y perdiendo la habilidad para ver la “película”
completa desde un ángulo exterior.
Los ángeles
pueden ayudarte a hacer conciencia de esas cuestiones por las que
innecesariamente te angustias a veces y que al final descubres que no revestían
tal gravedad, pero que por el contrario si desperdician tu energía vital y
tiempo. Además, tu equipo de apoyo celestial te orienta con soluciones
creativas para las situaciones que a diario encaras.
La luz y el
amor del Padre no tienen limitaciones. Analiza y acuérdate de cuantas veces te
has dicho: “¡si yo hubiera sabido que esto se iba remediar de esta forma!”.
¿Cuánto sufrimiento te hubieras evitado, verdad?. Podría contar muchas
historias de mi cotidianidad (pero estoy segura que tu también las tienes) en
donde he aprendido que para todo siempre hay una solución. Eventos que se ven
“imposibles” de resolver, dan un giro inesperado con resultados espectaculares,
en donde todo el mundo gana.
Así que no
te enredes en tu telaraña de angustias, ni te ahogues en tu propio vaso.
Despréndete del drama y la tragedia. Ahórrate el dolor y pide aprender desde el
amor. Tampoco te enganches con los problemas ajenos. No confundas preocupación
con mostrar interés. La solidaridad nada tiene que ver con angustiarse con las
dificultades de las otras personas, sino con apoyarnos y recordarnos que no
estamos solos.
Mantente
positivo
No te
quejes ni te repitas más lo duro que te está tocando, ya que cuando el nivel de
preocupación te sobrepasa, lo exteriorizas en tu cuerpo físico y caes en
cuadros clínicos. Comprende que la ansiedad aparte de desmejorar tu salud, va
creando una especie de jaula que te atrapa. Lo que no te das cuenta es que te
conviertes en prisionero y en tu propio carcelero a la vez. Los barrotes son literal energía de miedo que
se desvanece en la medida en que tomas poder de ti mismo, confiando en la
magnificencia de Dios que todo lo puede.
Entrega
Deslígate
de los problemas y entrégaselos a Dios. En el universo todo tiene un orden. No
olvides dar tu permiso para que los ángeles te asistan. Literalmente visualiza
que pones todas tus preocupaciones en un empaque y lo envías al cielo, como si
hicieras una encomienda. No tengas ideas
fijas de la manera en que tus problemas se pueden solucionar ni pongas
condicionamientos. Para esta labor, y
aunque todos los ángeles son en esencia mensajeros, invoca al arcángel
Sandalfón. Este bello ser de luz es el encargado de la logística celestial y
transmite a Dios todas las plegarias de los seres humanos para que sean
contestadas.
Ora
Desde niña
siempre he escuchado: ante la preocupación, orar la mejor opción. Para recobrar
la serenidad ora a Dios y apóyate en los arcángeles Rafael y Haniel. Respira
profundo varias veces, pide también a tus ángeles de la guarda que te rodeen
con su energía amorosa y te alivien del estrés y en tu mente o en voz alta
expresa algo como: “Dame Señor tu visión de amor, quiero ver esto de otra
forma, porque aún no consigo entender con mi mente humana la manera cómo se
puede resolver esta situación. Ayúdame a desprenderme de la angustia que me
provoca, envíame ángeles adicionales para tranquilizar mi espíritu, para
despojarme de mi ego, ampliar mi comprensión e interpretar tus señales. Gracias
porque sé que me escuchas y contigo descanso en paz. Amén”.
Ayúdate
Déjale a
Dios tu angustia y tú, mejor encárgate de generar armonía en tu interior,
llevando equilibrio a tu cuerpo, mente y espíritu. ¿Cómo lo puedes lograr? De
muchas maneras, por ejemplo puedes hacer polo a tierra con actividades físicas
que te gusten como el arte o el deporte; pinta, canta, teje, trota, monta
bicicleta, camina, ve un rato al gimnasio o haz como yo que bailo para
literalmente sudar las preocupaciones ya que el cuerpo emocional está asociado
con el elemento agua.
Utiliza la
música como fuente de relajación, escucha melodías suaves y sanadoras de
autores clásicos como Mozart o Beethoven o de la nueva era como Enya o Deva
Premal. En el internet encuentras mucho de esto. Además, haz un poco de
esfuerzo y pon en tu mente un pensamiento, y en tu rostro una sonrisa que te
hagan sentir ligeramente mejor, evocando una imagen, un recuerdo chistoso, algo
que te anime.
Dos
sugerencias importantes: se muy agradecido y no te lleves a la cama ninguna
dificultad. No permitas que la ansiedad te robe el sueño. No te quedes dormido
centrando tu atención en tus problemas porque te despiertas al día siguiente
pensando en lo mismo. En lugar de contar ovejas, mejor haz un balance de todos
los motivos por los que tienes que dar gracias.
Te comparto
una anécdota: alguna vez que iba manejando y me sentía un poco angustiada (no
recuerdo bien el motivo), invoqué a los ángeles y seguí concentrada
conduciendo. Al rato, me pusieron en mi
mente una imagen de algo más bien embarazoso que me había ocurrido tiempo
atrás. Aunque aparentemente no tenía nada de gracioso, me mostraron otro
enfoque de la misma escena y en menos de nada me encontré riéndome a
carcajadas, solita en el carro, que hasta yo creo, las personas que me vieron
pensaron que francamente me había enloquecido. ¡Qué terapia! Así son los
ángeles de hermosos y divertidos.
Los
problemas también se acaban. Cualquier ciclo por difícil que se muestre tiene
su fin y condiciones mejores siempre llegan. Hay mucha ayuda espiritual
disponible, no hay que sufrir en silencio. A todos nos calienta el mismo sol,
nos alumbra la misma luna, nos cobija el mismo cielo y nos protege el mismo
Padre amoroso que no desampara a ninguno de sus amados hijos. Si continuamente
mantienes a Dios y a los ángeles en tu corazón y mente, como quien tiene una
cita diaria, un compromiso infaltable, nada perturbará tu interior.
Elijo a
Dios y deseo su paz en tu corazón.
Martha Muñoz Losada
Los ángeles tienen como misión brindar ayuda a todos los hombres y mujeres de la tierra, para que nuestro corazón se encienda más en el Amor a Dios. Los ángeles fueron creados por El, disponen de privilegios y poderes superiores a los seres humanos, están próximos a Dios, y mientras exista el Universo, su existencia es permanente. Su destino es protegernos... y ser un bálsamo para nuestra vida.
Invócalos y siente todo su amor, su poder y su fuerza en tu vida.
1 comentario:
Un escrito precioso, escribes muy bien.
Cariños.
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