¡Simplificar nuestra vida ... un camino filosófico! - Cuestionar nuestra necesidad de poseer -
Para ello propongo aferrarnos a
estos principios: … "Buscar la simplicidad, Tomar lo esencial, Superar el egoísmo, y… los
deseos destructivos."
Tao 19
La
simplicidad es un arte no tan simple, dice Dominique Loreau, autora de "El arte
de la simplicidad", (ed. Urano)
Para ésta
amante de la filosofía zen, nuestras vidas están absolutamente “atestadas”: no
solo de cosas y de comidas, sino también de actividades, de relaciones, de
conversaciones, de pensamientos.
Cualquiera
sea el área que observemos, nuestro espacio-tiempo se parece a un pequeño
desván dentro del cual nos es imposible evolucionar.
La
simplicidad, aclara nuestra visión, nos libra de falsos valores, aporta mayor
belleza a nuestra vida…
Como manera
de vivir nos ayuda a concentrar nuestros esfuerzos en lo esencial, por ende nos
impulsa a desear y poseer menos cosas y establecer una íntima relación con
nosotros mismos.
La
propuesta es establecer una diferencia entre deseos y necesidades. Reducir
nuestras actividades vitales a sus elementos básicos, es decir aquellos que
necesitamos o deseamos fervientemente.
La
simplicidad supone descargar la vida de todo lo que esta de más, y por ende
vivir más ligeramente.
Pocas
personas se preocupan por saber qué quieren realmente.
Muchas en
cambio compran para tapar la angustia, desconociendo los motivos que la empujan
a acumular.
Simplificar
es conservar lo bueno y lo útil, invertir en calidad, autenticidad, rodearse de
materiales nobles.
Es
privilegiar los espacios armónicos y el silencio.
Librarnos
de las cosas que ya no usamos hace que podamos encontrar
lo que
tenemos. También nos refuerza emocionalmente. Librarnos de
viejas
posesiones nos ayuda a liberar el pasado : desaparecen viejas
penas,
culpas, fastidios y molestias, permitiéndonos así vivir más
plenamente
el presente.
El Tao nos dice”
Cuando se buscan conocimientos, mucho se adquiere; cuando se busca el Tao,
mucho se desecha”
(Tao 48)
No dejemos
que nuestra mente, atiborrada de pensamientos obsesivos e inútiles, nos impida
gozar de los pequeños gestos sagrados de todos los días.
Hoy los invito a uno de los ritos más simples que podemos recuperar …Tomar una taza de Té, dejarnos penetrar por su aroma lentamente, imaginando todo el recorrido hasta llegar a nosotros.
Palabras
para pensar… mientras disfrutamos de una taza de té.
Aprender a
Aprender
Después de
un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre
sostener una mano o encadenar un alma..
y uno
aprende que el amor no significa recostarse,
y que una compañía
no significa seguridad.
Y uno
empieza a aprender
que los
besos no son contratos,
y los
regalos no son promesas,
y uno
empieza a aceptar sus derrotas
con la
cabeza alta y los ojos abiertos.
Uno aprende
a construir todo su camino en el hoy
porque el
terreno de mañana
es
demasiado inseguro para planes,
y los
futuros siempre pueden caerse a la mitad.
Después de
un tiempo uno aprende que si es demasiado,
hasta el
calor del sol quema.
Así que uno
planta su propio jardín, y decora su propia alma
en lugar de
esperar que alguien le traiga flores.
Y uno
aprende que realmente puede aguantar,
que
realmente es fuerte, que realmente vale,
y uno
aprende y aprende…
Y con cada adiós…uno
aprende.
(Texto
atribuido a Jorge Luis Borges)
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